Random

Tengo los recuerdos más nítidos de sensaciones y momentos aleatorios de mi vida. Recuerdo, por ejemplo, la noche en la que nació mi hermano, el colchón que pusieron mis abuelos al lado de su cama para que durmiera mientras mis padres corrían al sanatorio y la guitarra de juguete que quisieron hacerme creer que mi hermanito habla traído de regalo. Subestimaban mis despabilados y flamantes 4 años.

Me acuerdo cuando nos mudamos de Callao a Arenales, entrar por primera vez a mi nuevo cuarto que mamá había decorado especialmente para la inauguración, sentirme tan importante.Volver de las vacaciones y tener todas las revistas Billiken que habían llegado durante mi ausencia prolijamente acomodadas por Betty, la chica que trabaja en casa, sobre mi escritorio.

El primer día de clases de segundo grado, volver a ponerme corbata, jumper y el odioso delantal turquesa luego de 3 meses de absoluta libertad en malla, ojotas y el cuerpo lleno de arena.

La sensación de desasosiego con sólo 10 años al despedirme de mis amigas y poner mi vida en cajas cuando nos fuimos de Buenos Aires.El miedo de que la distancia hiciera estragos con nuestra amistad.

El sabor de los ravioles de los domingos en la casa de mis nonos, los asados multitudinarios en la finca hechos exclusivamente por mi tata.

Y así y todo me es realmente imposible recordar, por ejemplo, el nombre de algunas compañeras del secundario  o el apellido del odiado profesor de Economìa de la facultad.

It's such a heavenly way to die

"Recuerdo ir en su auto por la ruta y sentir que no importaba morir en ese instante, mi vida ya estaba completa. Es la sensación de por fin llegar a casa, de plenitud total y de seguridad indiscutible. De aceptación completa, de fin de la búsqueda. "

En el recuento de mis días no hay registro de un amor tan perseverante, certero, inobjetable y descaradamente real como este. Que sin preguntar se instala en mi existencia de la forma más desprolija, irritante e inconveniente que jamás haya existido.

It's a Fact XXXII

Este mundo está tan lleno de personas indecisas, que cuando una sabe lo que quiere y se lo hace saber al resto la tildan de jodida y quisquillosa.

Sucede que algunos simplemente no nos conformamos con menos.

Volver

Siento redundar a mis propios pensamientos en la difícil tarea que implica volver de vacaciones. "No importa cuánto días duren, siempre serán pocos" me escuche decir torpemente en una reunión de trabajo mientras transitaba las primeras horas de la rutina que no había extrañado para nada.

Un verano sin mar en el que pude descubrir que también había descanso sin olas y a cambio caminé por las sierras. Libros de a puñados, charlas, risas, paseos y comida de más. Retrato de unas buenas vacaciones.