Al que me enseñó de pasiones, celos, enojos, amores y otras escorpianidades.
Al que desearía no volver a ver jamás.
Al primero de los arrepentidos y único gran amigo.
Al que me resigné demasiado rápido, me enfrentó con lo peor de mí, extrañé desprolijamente y nunca entendí.
Al que no pude aceptar, y nunca supo valorarme.
Al que todavía se encarga de los recuerdos, que me enseñó de tanto, que me enseñó de mi.
Al que no quiero que deje de ser jamás parte de mi vida.
Al que giro mis esquemas, juro quererme para siempre y lo cumple.
Al que quisiera que todavía esté acá.
Nunca fui buena para esperar. Llego por lo menos 15 min temprano a todos lados, adelanto los relojes y me fastidio ante la impuntualidad. No se esperar, elijo no hacerlo, pero aún así las esperas mi acechan. y me veo esperando el llamado, la mirada, la respuesta, la llegada, esa palabra que siempre decís excepto cuando yo quiero que lo hagas, la confirmación, la negativa, el punto de partida para empezar a soñar. Y espero, sin saber como, desesperando. En algunos casos y luego de grandes desiluciones decidí que de ciertas situaciones mejor no esperar nada, y acepte que hay cosas que nunca van a cambiar, y me sentí más libre.
Y hay otras circunstancias, como ésta, en la que no me queda otra que hacer tripa corazón, armarme de paciencia y cruzar los dedos para que las cosas salgan como quiero.
(Si a alguien le sobra alguna buena onda, mándela para acá que ahora me viene bárbara)
De un tiempo a esta parte conocí a una mosquita. Al principio mucho no me importaba, después me cayó un poco mejor, quizás porque volaba lejos y no me zumbaba en el oído. La mosquita tenía vocación de jueza, y andaba por el mundo pregonando a los cuatro vientos sus penas y castigos. Juicios de valor eran la especialidad de esta criaturita. Con el tiempo fui descubriendo que la mosquita juzgaba asctitudes que repetía en sus pequeña y mediocre vida de mosca. Como su vida era tan pero tan chiquitita y carente de mucha emoción , la mosquita se metía en las vidas ajenas, opinando y queriendo formar parte de situaciones que no la incluían. Especialmente le gustaban estar en los lugares donde nadie la había llamado, ahí disfrutaba de escuchar,de llevar y traer y de oficiar de abogada y jueza( su GRAN vocación).
Como era un insectito, la mosquita no entendía de códigos humanos. Entonces se dedicaba a andar por el mundo sin esos códigos, incluso le causaba gracia hacerlo, y se reía sin parar aunque provocara las lágrimas de los demás.Ella no tenía códigos, así que no lo podía entender.
Un día la mosquita me dió una genial clase de ética y moral, su carita pequeñita se le desprendió de su cuerpo y se le cayó en el momento de su largo discurso. Y se quedó sin cara la mosquita.¡Pobre mosca! ¡Pero qué suerte recibir esos consejos! Qué suerte haber podido ver a la mosquita sin su carita...porque recién ahí entendí todo.
Y en agradecimiento a esos maravillosos consejos, le voy a dar uno a la mosquita: Ahora tengo Raid mosquita, cuidado donde te metés, porque aprendí a usarlo.Volá lejos sin tu carita y cuidado de chocarte contra mí ahora que ya no podés ver...
La cuestión es que después de casi un año de estar , indudable e inevitablemente, "rara", de pronto vuelvo a ser yo. Y ¡ojo! cero retroceso en la cuestión de volver a ser quien soy, no se si se entiende, sólo avance.Ya no soy un ser medio perdido, medio que te tengo en el facebook y ni yo se por qué,que te permito el histeriqueo y después me paso una noche metiendole piñas a la almohada(si, te lo juro),que de a ratos te pienso, y de a ratos no. Ni me banco más gente que ya no daba.Cada día confirmo más eso de que hay personas que en la vida de uno están de paso, y es genial que estén, pero cuando se tienen que ir, que se vayan.Necesitaba limpiar, y limpié, y basta del sueño recurrente de que entran personas a mi casa porque dejé la puerta sin llave.Están las personas que quiero que estén, las de siempre, ni más ni menos.
Creo que por primera vez en la vida estoy sola y bien, y sin ganas de otra cosa, pero en serio.Y no porque odie a los hombres ni ninguna de esas estupideces, estoy bien así y punto.No me estresa.
¡Ah! Y en un genial descubrimiento me dí con que volví a reirme sola a las carcajadas .Y sí, me convierte en alguien un poco más loca, pero It´s sooooo me.
Me molestan mucho las personas que no se juegan por nada. Que son políticamente correctas. Que siempre están bien con todos.
Puntualmente me molestan este tipo de respuestas , seguidas de un posterior y rotundo cambio de tema , frente a una cuestión que para mí es importante :
"Ajá... "
"Claro.."
"Mmmm"
"Qué embole che..."
Un chistecito "al tono"
"Vos fijate que es lo mejor para vos"
"Che, cambiando de tema.."
ó , el peor de todos : el silencio...
Sépanlo cualquiera de este tipo de respuestas son equivalentes a un : "me importa un carajo tu problema y/o tu vida". Sería preferible un : " no me hables de eso , sinceramente no me interesa", pero claro eso sería jugarse por algo y ustedes no están acostumbrados a hacerlo...
Brindo por quienes si se juegan y te dicen lo que piensan sin anestesia , que por suerte tengo el agrado de conocer a varios y tenerlos en mi vida.
Y eras joven, pero no lo parecías.Y eras grande, pero no lo parecías.Eras un anciano de veintitantos.Eras un adulto inmaduro.
Y la soberbia causaba estragos en tu persona.Y no podías ver más allá de tu mirada.Y no lo entendías.Y no te veías reflejado en ningún espejo.Porque tu vanidad no te lo permitía
Y sólo reprochabas el defecto ajeno.Y te jactabas de lo que carecías.Y no hacías otra cosa que emular lo que tanto criticabas. Minuciosamente. Sin respiro. Una y otra vez.
Cuánta tristeza da verte.Cuánto rechazo da escucharte.Cuánta soberbia te envuelve.