Foto: flickr.com
De un tiempo a esta parte conocí a una mosquita. Al principio mucho no me importaba, después me cayó un poco mejor, quizás porque volaba lejos y no me zumbaba en el oído. La mosquita tenía vocación de jueza, y andaba por el mundo pregonando a los cuatro vientos sus penas y castigos. Juicios de valor eran la especialidad de esta criaturita. Con el tiempo fui descubriendo que la mosquita juzgaba asctitudes que repetía en sus pequeña y mediocre vida de mosca. Como su vida era tan pero tan chiquitita y carente de mucha emoción , la mosquita se metía en las vidas ajenas, opinando y queriendo formar parte de situaciones que no la incluían. Especialmente le gustaban estar en los lugares donde nadie la había llamado, ahí disfrutaba de escuchar,de llevar y traer y de oficiar de abogada y jueza( su GRAN vocación).
Como era un insectito, la mosquita no entendía de códigos humanos. Entonces se dedicaba a andar por el mundo sin esos códigos, incluso le causaba gracia hacerlo, y se reía sin parar aunque provocara las lágrimas de los demás.Ella no tenía códigos, así que no lo podía entender.
Un día la mosquita me dió una genial clase de ética y moral, su carita pequeñita se le desprendió de su cuerpo y se le cayó en el momento de su largo discurso. Y se quedó sin cara la mosquita.¡Pobre mosca! ¡Pero qué suerte recibir esos consejos! Qué suerte haber podido ver a la mosquita sin su carita...porque recién ahí entendí todo.
Y en agradecimiento a esos maravillosos consejos, le voy a dar uno a la mosquita: Ahora tengo Raid mosquita, cuidado donde te metés, porque aprendí a usarlo.Volá lejos sin tu carita y cuidado de chocarte contra mí ahora que ya no podés ver...
3 comentarios:
que se pudra la moscaaaaa muertaaaaaaa
perdon me salio la violenta
jajajaja todas conocemos de estas mosquitas Little!!!
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