Momentos en los que todo pende de un hilo
Todo lo que construiste, todo.
Todo lo que creías, lo que sentías, lo que habías logrado, todo.
Y las palabras se vuelven lentas.
Y los silencios son imposibles.
Tener por seguro lo inevitable, pero con el impulso habitual intacto.
Querés dar un volantazo y salir de esa ruta, manejar contramano, pero no volver.
Estar en ese instante en el que todo cambiaba y poder entenderlo.
Llegar a ese punto y decidir, quizás igual, quizás distinto.
Desviarte del camino.
Desvestirte del presente.
Pero el miedo de no saber, te congela.
Y de nuevo el piloto automático.
(la vida es más compleja de lo que parece)
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