miércoles, 23 de noviembre de 2011

Extracto

"...Corre dentro de mí la idea de que quizás podríamos planear milimétricamente cada uno de los pequeños desastres de nuestras vidas. Llevando por ejemplo un registro perfecto de las fechas de vencimiento de los yogures de nuestra heladera  y así evitar el primer bocado agrio y vomitivo del lácteo vencido. Y así con todo, la vida útil de nuestra computadora, algún algoritmo que determine según variables como la salud, el tipo de vida y el clima cuánto tiempo de vida le queda a las personas que amamos, o cuánto falta para nuestra próxima depresión. Así podríamos saber exactamente cuándo todo explotará junto, y poder prepararnos para lo peor, como armar un refugio nuclear.
A veces las señales están, pero nada, absolutamente nada, pudo predecir este 2011. De a momentos eran como fichas de dominó que caían una tras otra, y cuando nada podía ponerse peor la vida me daba otra cachetada, como quien castiga a un necio..."

3 comentarios:

Coneja dijo...

lo lindo es no poder pronosticar las cosas buenas y felices que nos pasan, o pasarán. esa sorpresa, es parte fundamental del suceso y del fin!

no poder pronosticar las cosas malas es una cagada.
aunque también nos tensionaría mucho. al menos a mí, que calculo que me volvería más ratoncito de lo que soy, toda nerviosa y preocupada :P

Quico dijo...

Es tuyo este fragmento? Es bueno, muy acertado. Como no tengo Feisbuk te dejo en este comentario una manita con el pulgar alzado. Me gusta.

Saludos.

Vicky dijo...

Si es mío Quico! Gracias y bien por no tener facebook, es un vicio que me gustaría no tener! un beso!!

Add to Technorati Favorites