Menos mal

Llegaste a los empujones entre la gente, desordenado, despistado, distraído pero seguro.

Llegaste pisando sin querer historias, pasados, sueños, pesadillas, fantasmas y desvelos.

Llegaste y juro que no te buscaba, no te esperaba , ni quería que estés.

Pero poco te importó, vos llegaste y tenías la convicción y la certeza de que yo iba a elegir que te quedarás.

Y yo que no te esperaba, que no te necesitaba , de pronto te miré.

Y nos miramos.

Y me invitaste a quedarte, y yo hice pucheros, di vueltas, lo pensé.
Reformulé, me alejé, observe, lo negué rotundamente, te peleé, me irrité.

Pero acepté.

De todas formas ya estabas adentro, cómodo y dispuesto a que yo correspondiera.

Y te quedaste.

Y por suerte todavía estás acá.