No dejo de pensar en esa bendita propaganda de la sopa, segura de que no fue coincidencia, la canción de fondo en gran parte definía lo que vendría "Me haces bien".
Se hace un silencio y sube Jorge Drexler al escenario. Se me pone la piel de gallina. Exacto a como vive en mi mente: flaco, con una sonrisa inmensa, su traje infaltable y su actitud digna de un uruguayo, simple, humilde,educado, gracioso. En medio de luces, acompañado por una banda que sorprende más allá de la imaginado por su calidad y poder de improvisación.Más uruguayo y rioplatense que nunca, Drexler asombra por la cercanía a sus raíces musicales, aún viviendo tan lejos. Empezamos por cantarle el feliz cumpleaños, dando inicio a una noche realmente especial.
Y empezamos a deambular los pasillos de mi vida. Pienso en éste, mi blog (12 segundos de oscuridad) pienso en ese momento en el que esa canción me identificaba.Pienso si alguna vez googleando su canción habrá caído acá. Me acuerdo como años antes fue su música la que me hizo transitar lo que hasta hoy identifico como el trayecto más difícil de mi corto camino. Pienso en lo que le diría si lo tuviera enfrente.Gracias.
Había jurado acordarme cada una de las canciones por orden para transcribirlas acá. Y fue imposible, en algún momento perdí un poco la noción y me dedique a disfrutar. De a ratos con la sensación de estar en el living de mi casa riéndome, festejando equivocaciones e identificando el perfeccionismo cuasi obsesivo que Drexler se niega a ocultar.
Se despide pero vuelve, 2 veces más. Emocionado por la convocatoria. Terminamos bailando, aplaudiendo.
No puedo cronicar de otra forma menos cursi un recital que me llegó con tanta fuerza.Confirme lo que ya sabía y más. Talentoso, humilde, gracioso, increíble.No tengo palabras.
No puedo borrarme la sonrisa.
Foto vía: eltedy (mi compañero de aventura)